viernes, 12 de diciembre de 2008

Pintados de rojo

El pasado 15 de noviembre, el gobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán le mostró a Veracruz y al país, el más puro estilo priista para gobernar.

Como en los "mejores" tiempos del Partido Revolucionario Institucional
, Herrera usó con singular demagogia el estrado del Congreso local y se dio el gusto de lanzar, desde esa tribuna, una inconcebible serie de autoelogios y de elogios a diputados federales y empresarios, por nombre y apellido.

El cuarto informe de gobierno en Veracruz fue un extraño mensaje para decir que "estamos bien", que "el esfuerzo continúa" en un estado gobernado con este singular estilo de llevar el rojo hasta las últimas consecuencias. Fue una muestra de un gobernador fuerte, con el poder que le dan sus cófrades.
El aplauso generoso del priismo veracruzano en el Congreso local.

En un actuar lógico, fue vergonzoso el papel de los legisladores priistas veracruzanos al permitir que el Congreso fuera la sala de cine más solemne que se ha conocido en el estado y quizás en el país. En su estrabismo político también se pusieron los diputados de oposición, que de plano se ausentaron de la sala (¿cobrarían ese día?)

Elogio tras elogio, el video no presentó la situación, sino solo frases, frases, más frases de un locutor que engolaba la voz a la altura de sus honorarios. Los números los dejaron al análisis de la mayoría priista y esos 18 legisladores de oposición.

La respuesta de los partidos de oposición, que denunciaron no haber encontrado medios para publicar un desplegado, resulta grave. Nadie publicó la queja.

Pero, en internet sí hay espacio, lo evidenció el Partido Acción Nacional en su portal destinado a Veracruz.

Denunció el PAN:

El Comité Estatal del Partido Acción Nacional avala la actitud de los diputados de nuestro partido y de los partidos de la Revolución Democrática, Convergencia y del Trabajo, quienes esta mañana decidieron ausentarse de la sesión en el Congreso local, en protesta por las violaciones a la Ley Orgánica del órgano legislativo.

En solidaridad con los diputados, también la dirigencia decidió ausentarse porque las actitudes del Gobernador y su partido advierten que estamos frente a un gobierno totalitario, sin división de poderes.

Contrario a la democracia que se vive a nivel nacional, demostrada en semanas recientes en el Congreso de la Unión, en Veracruz vivimos el atropello de un partido que se maneja como único y llega a confundirse con las instituciones del Estado.

Con el acto de esta mañana, celebrado en sesión solemne contraviniendo la Ley Orgánica del Congreso, lo que el partido en el poder y su fracción en el Congreso buscaron fue la exaltación de un personaje al que le confieren un poder ilimitado.

Los tres premisas antes mencionadas y el uso intenso de la propaganda, entre otras, son algunas de las señales de los regímenes totalitarios y, en su dimensión, si no se pone un alto mediante la obediencia de la ley, estamos frente uno de ellos.

Veracruz no puede quedarse inmóvil ante un gobernador que perdió la dimensión, que todo lo hace, que todo lo puede, a costa de cualquier cosa, como un señor feudal. Un gobernador que privilegia el atropello a las instituciones, a las formas de la política y a los adversarios; que mediante el abuso del poder, pretende aniquilarlos.

Estamos frente a un gobernador que promueve prácticas del mayor arcaísmo político, como la compra de conciencias, la negativa al diálogo y el autoritarismo más puro para imponer sus formas de gobierno feudales.


Palabras panistas.

El sello añejo se abrió por completo cuando a la vieja usanza priista, Herrera coqueteó con los medios en un evento que duró tanto como su discurso en el Congreso.

Sin duda, el sabor que queda, es el de la competencia presidencial de 2012. Por un lado, la opción que se filtra, por el otro, el berrinche opositor. Como en los mejores tiempos del PRI.

Ejemplo de como los medios locales publicaron dos días antes una foto seleccionada por comunicación social del gobierno del Estado.

Amarrarse el dedo

Fueron curiosas las declaraciones de los priistas, incluido Herrera, en el sentido de que vienen ataques contra el Gobernador.

Sólo ellos saben de sus culpas y de las razones por las cuáles dicen esto, en otras palabras, se amarran el dedo, o en otras palabras, se están sobando el chichón antes del golpe, o en otras palabras, ven inminente una fuerte confrontación y buscan aminorar el impacto de acusaciones falsas que parezcan ciertas, y acusaciones ciertas con aire de revanchismo.

Será interesante ver si estas acusaciones llegan a oídos de los veracruzanos a través de los medios, tanto como llegarán la defensa del PRI y el gobierno de Fidel Herrera.
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