viernes, 23 de octubre de 2009

El descaro legislativo

Cuando los candidatos, sea cual sea el puesto al que aspiren, ofrecen, en realidad están mintiendo, lo sabemos porque lo demuestran todos los días una vez ganada la elección.

Para el caso de los diputados de la LXI Legislatura no es diferente, y el mejor caso es el de los panistas y priistas.

No es preciso analizar a profundidad la miscelanea fiscal que se vota en el Congreso para darnos cuenta de ello. Los intereses en un movimiento federal como este son, electorales y personales, en ningún momento se ve interés de los funcionarios por la mejoría del país.

La negociación sobre impuestos tiene una carga político-electoral evidente ante la proximidad de la elección federal en la que se sustituirá a Felipe Calderón Hinojosa y pese a la evidencia, la hipocresía los hace mencionar el bienestar de la población, los momentos de crisis, la eterna estabilidad económica ansiadamente buscada...

No es extraño que ahora, dada la molestia de la población e incluso, sectores cómplices como el empresarial, los panistas y priistas se señalen acusándose unos a otros de que la culpa es del PRI o PAN. En este sentido, los líderes de los partidos, jueces y parte, porque ambos son diputados, tanto César Nava del PAN como Beatriz Paredes del PRI parecen más una pareja en una mesa de restaurant reclamando más para la despensa, más permanencia en casa, un mejor auto... sexo. Evidencian sus anhelos reales... y no una mejor atención para los niños...

Lo que venga en materia impositiva a los diputados los tiene sin cuidado, ellos están viendo que una fracción de los ingresos que recibe la Federación no afecte los ingresos de los partidos políticos o asegurando que un porcentaje de los nuevos impuestos pueden ir a los gobiernos estatales para que puedan seguir maniobrando con discreción con motivo electoral.

El caso Veracruz

Los diputados Javier Duarte, Carolina Gudiño, Juan Nicolás Callejas y Amadeo Flores, entre otros, son los ejemplos más claros de que el PRI mintió en campaña, de que no están interesados en el bienestar común sino en el personal y de grupo.

Duarte, más interesado en su precampaña rumbo a la gubernatura, tomó en serio el paquete fiscal en un 40% y sólo se dignó a votar en 2 de 5 decretos. Además, cuando lo hizo fue para aprobar el aumento al IVA y el ISR, cuando en su discurso electoral fue muy claro: “podemos aumentar la base gravable, en ese momento tendremos mayores recursos para las obras que te hago mención no aumentando los impuestos y ahorcando a los contribuyentes”.

Y todavía que aprueban impuestos y reclaman.

¿Representante de quién es Duarte y los otros priistas en San Lázaro?... ¿de la gente o del gobernador Fidel Herrera? Porque Duarte, por ejemplo, siempre hace referencia a Herrera cuando justifica sus acciones, como obedenciendo.
La bancada veracruzana, con mucha atención en los teléfonos rojos.


Iniciativa

Es lógico, que en un país en crisis un empleado no puede ganar más de 150 mil pesos y otros 50 mil en beneficios. Es oneroso, dispendioso, estúpido para cualquier gobierno. Más tomando en cuenta que son 500 empleados.

La iniciativa es que se modifique la Ley Orgánica Del Congreso General De Los Estados Unidos Mexicanos o su respectivo reglamento de modo tal que cambien algunos preceptos establecidos.

Propongo:

Reducir de 77 mil a 40 mil pesos la dieta de cada legislador

Reducir en 50% los fondos que se aportan para atención ciudadana, porque esta, es una labor de vocación, no de conveniencia. Que se trabaje por la virtud del empleado y no por la ambición.

Eliminar el pago por asistencia, que en la lógica, se cubre con la dieta. El Legislador debe asistir obligatoriamente a San Lázaro, no merecen premio alguno.

Eliminar el seguro de gastos médicos mayores. Los diputados deben mostrar el ejemplo asistiendo a instituciones como el IMSS e ISSSTE que ellos regulan. Además, son representantes populares, si requieren de atención mayor, que la paguen con su sueldo, como lo hace cualquier ciudadano que ve en IMSS o ISSSTE incapacidad profesional.

Reducir el beneficio de los cuatro vuelos mensuales a dos. Está visto que cuando los diputados viajan a sus lugares de origen lo hacen como promoción electoral.

Reducir el seguro funerario por un mes de sueldo al 75% del mismo.

Pérdida de su espacio en el Congreso, y todas sus garantías si faltan 10 o más sesiones a San Lázaro sin haber sido autorizado.

La despensa de los 2 mil 400 pueden mantenerla.

Estamos hablando de un ahorro bastante importante en efectivo (49 millones 522 mil 250 pesos o unas 200 casas de interés social al mes), que de algo, servirá, aunque dejándola en manos de la Federación, tampoco se garantiza que tenga un buen fin.

Sé que son sueños guajiros, pero la idea de una democracia austera suena bastante bien en un país donde los recursos son gastados por los funcionarios indiscriminadamente.
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